El Mar de Galilea en el norte de Israel, uno de los cuerpos de agua más bajos del mundo, ha sido durante mucho tiempo una fuente de inspiración e intriga religiosas. Fue a lo largo de las orillas del lago de agua dulce poco profunda donde los evangelios cristianos dicen que Jesús realizó parte de su ministerio y ciertos milagros. Los colonos judíos establecieron el primer kibutz cercano. Y aparece en ciertas profecías islámicas.
El Operational Land Imager (OLI) en Landsat 8 capturó esta imagen en falso color (bandas 6-5-4) del lago y su paisaje circundante el 27 de octubre de 2020. La imagen se superpuso en un modelo de elevación digital del Shuttle Radar Topografía Mission (SRTM) para dar un sentido de la topografía.
Algunos manantiales subterráneos desembocan en el lago, pero la mayor parte de su agua llega a través del río Jordán, que fluye desde el Líbano en el norte hasta Israel y el Jordán en el sur. El Mar de Galilea (a veces llamado Lago Tiberíades o Lago Kinneret) se encuentra dentro del Valle del Rift del Jordán, una estrecha depresión que comenzó a formarse hace decenas de millones de años cuando la placa árabe se separó de África. Muchas de las llanuras de inundación pantanosas alrededor del lago y hacia el sur se han convertido en tierras de cultivo, que parecen de color verde brillante.
El Mar de Galilea ha sido durante mucho tiempo un destino popular para los peregrinos. Sin embargo, la condición del lago se ha vuelto cada vez más tenue en las últimas décadas. Los niveles de agua cayeron significativamente durante las últimas dos décadas, casi alcanzando un mínimo histórico en 2018. Menos agua hace que el lago se vuelva más salado, haciéndolo menos viable como fuente de agua potable. Estos cambios también amenazan a las poblaciones de peces y fomentan la proliferación de algas problemáticas.
Comprender esos niveles de agua en descenso y encontrar formas de mantenerlos estables es un tema de mucha investigación en la región. Las explicaciones de la disminución incluyen la falta de lluvia, el aumento del uso de agua río arriba en el Líbano, el aumento de las temperaturas (que aumenta la evaporación) y la expansión de las tierras de cultivo y el riego alrededor del lago. Un equipo de investigación investigó recientemente todas estas posibilidades mediante el análisis de datos meteorológicos, información de medidores de corriente y observaciones satelitales Landsat para estimar la extensión de las tierras agrícolas. Descubrieron que la expansión de la agricultura y las desviaciones para el uso del agua en Israel durante las últimas dos décadas era la mejor explicación para el declive.
Los últimos años han sido mejores, ya que dos inviernos húmedos han ayudado a que el lago se recupere considerablemente. El nivel del agua se situó en 209,9 metros (688,6 pies) el 16 de diciembre de 2020, lo suficientemente alto como para que los hidrólogos lo consideren casi lleno. La última vez que alcanzó tales alturas fue hace casi dos décadas. La autoridad del agua de Israel ha considerado abrir una presa en el extremo sur del lago para evitar inundaciones, según The Jerusalem Post.
NASA Imágenes del Observatorio de la Tierra de Joshua Stevens, utilizando datos Landsat del Servicio Geológico de EE. UU. Y datos topográficos de la Shuttle Radar Topography Mission (SRTM).